Saludos, Amigos!
Como ustedes saben, hemos sido bastante enfáticos en el ejercicio del control parlamentario sobre el desempeño por parte de funcionarios CICPC, con mayor fuerza desde los lamentables hechos del caso Berendique. Sin embargo, siempre fuimos claros en que nunca nos prestariamos al linchamiento institucional de una policia que fue un orgullo en su momento y que los venezolanos quisiéramos que volviera a sus estándares que en otrora la ubicaron como la 3ra mejor policia del mundo.
La tan anunciada Reforma CICPC no se tradujo ni en mas presupuesto, ni en mas ni en mejor dotación, ni en formar mas y mejores funcionarios que no siguieran trabajando como hasta ahora casi que con las uñas y en déficit con respecto del standard ONU, solo 4500 funcionarios de investigación frente a los 24.000 necesarios.
La reforma del CICPC presentada por vía habilitante a espaldas de la ciudadanía y mas grave aun a espaldas de la familia del CICPC coloca al Presidente de la República a ejercer la rectoría de la función de la policía de investigación y separar la medicina y ciencias forenses del órgano policial.
El CICPC sustenta su labor en 3 componentes básicos: la pesquisa, la criminalistica y las ciencias forenses. Suprimir una de sus vitales funciones no es mas que la continuidad de las políticas que comenzaron con la eliminación de la competencia Interpol y de sus unidades tácticas.
Lo que se pone en evidencia es el desprecio hacia el talento, experticia y pericia de nuestros funcionarios, expertos, médicos, odontólogos y patólogos forenses, desmejorandolos en un afán mezquino que no tiene otro objetivo que la supresión definitiva del CICPC.
Estas leyes habilitantes inconsultas, apresuradas y electoreras al pretender desmantelar el CICPC y sus competencias no resuelven el problema de la inseguridad ni el problema de la criminalidad, por el contrario lo agudizan.
Ricardo Sanchez
Diputado
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